Datos importantes del embarazo a temprana edad

La Organización Mundial de la Salud (OMS), define el embarazo a temprana edad como el que ocurre en una niña que apenas ha entrado o se encuentra todavía en su etapa adolescente.

Esto quiere decir, que se trata de embarazos que ocurren en chicas entre los 10 y los 17-18 años.

Sin embargo, muchos países catalogan legalmente el embarazo precoz como el que ocurre en madres que no han cumplido la edad mínima para ser consideradas adultas.

Además de las implicaciones legales de que una menor de edad tenga relaciones sexuales y resulte embarazada, existen también grandes riesgos para la salud de la madre y el bebé.

Una adolescente está en pleno proceso de transformación de niña a mujer. Pasar por un embarazo a temprana edad puede afectar mucho su completo desarrollo físico, mental y psicológico.

La OMS considera estos casos como un problema de salud pública que debe ser atendido de urgencia por todos los gobiernos a nivel mundial.

Cifras mundiales del embarazo a temprana edad

Según las estadísticas manejadas por la OMS, desde 1990 hasta 2020 un 11% de todos los embarazos  en el mundo correspondieron a madres entre los 15 y 19 años.

Además, un 95% de los casos ocurrieron en países no desarrollados o afectados por la pobreza. Los países del África Subshariana encabezaron las estadísticas con un promedio de 299 embarazos por cada 1000 jóvenes entre los 15 y 19 años.

También se ha encontrado que a mayor número de embarazos a temprana edad aumenta el índice de mortalidad materno-infantil.

Las causas más frecuentes de embarazo precoz se relacionan con la falta de educación sexual de las niñas. Igualmente las violaciones son otras de las principales causas.

El factor cultural también incide en el embarazo precoz

En muchas comunidades indígenas o tradicionales de  América Latina, Asia y África se promueve el matrimonio a temprana edad.

En estas partes del mundo hasta un 30% de las jóvenes son casadas a los 17-18 años y un 14% lo hace apenas a los 14-15 años de edad.

Si bien estas culturas no son tolerantes con los embarazos fuera del matrimonio, una vez casada se presiona socialmente a la adolescente a tener hijos cuanto antes.

Destaca además el hecho de que el embarazo a temprana edad también aumenta cada año en los países desarrollados, especialmente lejos de los grandes centros urbanos o en comunidades deprimidas económicamente.

Consecuencias para la salud

Las complicaciones de estos embarazos son la segunda causa de muerte a nivel mundial entre las madres de 15 y 19 años. Los mayores peligros son la eclampsia, hipertensión, hemorragias por desgarro de útero e infecciones post-parto.

En los países pobres, las madres adolescentes tienen un 50% más de riesgo que las adultas jóvenes (22.-29 años) de sufrir abortos o de que sus bebés mueran en el primer mes de vida.

La OMS considera como de “alto riesgo” los embarazos en mujeres menores de 14 años.

Un 80% de los niños nacerán prematuros, con bajo peso o mostrarán algún signo de inmadurez pulmonar o problemas de desarrollo físico y cognitivo.

Finalmente, hay que destacar que el problema del embarazo a temprana edad es resuelto en muchos casos con abortos no controlados o clandestinos.

Hasta 3 millones de jóvenes entre 15 y 19 años se practican un aborto en condiciones peligrosas cada año.

Consecuencias económicas y sociales

Finalmente, destacan las consecuencias sociales del embarazo a temprana edad. Se estima que un 75% de las madres adolescentes se ven obligadas a abandonar la escuela.

Además, un 80% de ellas sufren el rechazo de la familia o comunidad y un 18% enfrenta situaciones de vulnerabilidad económica que las puede llevar a las drogas o a la prostitución.

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