Prevenir el embarazo adolescente ¿Cómo hacerlo?

En la última década hemos visto una gran preocupación de los gobiernos e instituciones de salud en prevenir el embarazo adolescente.

Un embarazo a temprana edad, entre los 12 y 18 años, no solo tiene riesgos para la adolescente, sino también genera graves desequilibrios en la sociedad.

Cuando una adolescente se embaraza, sin importar su nivel social, raza o religión, se compromete seriamente su salud, continuidad educativa y posibilidades de convertirse en un adulto económicamente productivo para la sociedad y ella misma.

Este problema afecta mucho a los países subdesarrollados, pero también ocurre en los más industrializados.

Por ejemplo, en 2003 más de 300 mil adolescentes salieron embarazadas en Estados Unidos, según los Centros de Control de Enfermedades (CDC) de ese país.

En 2015 un 43 % de las adolescentes de 15 a 19 años tuvieron relaciones al menos una vez en EEUU. Y aunque un 86% de ellas usaron algún método anticonceptivo, solo un 5% usó el más eficaz.

Por lo tanto, prevenir el embarazo adolescente es un tema de prioridad sanitaria a nivel global.

¿Cómo prevenir el embarazo adolescente en el mundo?

Desde el año 2010 la Organización Mundial de la Salud (OMS) y numerosas organizaciones sanitarias internacionales han incrementado el esfuerzo para disminuir el número de embarazos adolescentes.

A través del análisis de datos estadísticos y socioeconómicos suministrados por gran cantidad de países se ha determinado que hay varios factores que incluyen directamente en el aumento de los embarazos precoces.

Entre estos, se identificaron dos factores claves cuya atención puede ayudar a disminuir en el mediano y largo plazo el número de casos:

  • Dar a los jóvenes de ambos sexos el acceso a una adecuada educación sexual.
  • La enseñanza y fomento del uso de métodos anticonceptivos en las adolescentes sexualmente activas.

La importancia de la educación sexual en la prevención de embarazos adolescentes

El tema de la educación sexual es clave para prevenir el embarazo adolescente. Está demostrado que el mayor número de casos de embarazo precoz ocurren en países donde las niñas tienen poco o nulo acceso a la educación sexual.

Esta educación no solo sirve para que aprendan mejor cómo funcionan sus cuerpos. También les ayuda a comprender que desde la primera menstruación (o eyaculación en el caso de los chicos) hay posibilidad de embarazo si se tienen relaciones sexuales sin protección.

También es importante enseñarles las consecuencias y riesgos a nivel de salud, seguridad económica e integración social-familiar que enfrentan una madre adolescente y su hijo.

Por lo tanto, la prevención del embarazo en la adolescencia comienza con la educación, sin excusas.

Aprender el uso de métodos anticonceptivos

Es una realidad que la gran mayoría de adolescentes sienten una gran curiosidad sobre el sexo. En esta etapa de sus vidas ocurre el despertar de los impulsos sexuales y surge el interés en relacionarse íntima y afectivamente con otras personas.

Por lo tanto, se considera indispensable promover la enseñanza del uso de métodos anticonceptivos, como parte de la educación sexual integral de los jóvenes.

El objetivo es tanto evitar un embarazo como también prevenir que no se repita en las chicas que ha sido madres a temprana edad.

Precisamente, estudios realizados en EEUU y América Latina encontraron que muchas madres adolescentes carecen de conocimiento sobre cómo evitar un segundo embarazo.

Pero ya que la gran mayoría dan a luz en hospitales públicos, la OMS considera que estos son los espacios adecuados para que reciban asistencia y orientación sobre el uso de métodos anticonceptivos, como parte de la atención post-parto que deben recibir allí.

Esta estrategia se denomina Anticoncepción Inmediata Post Evento Obstétrico (AIPE).

Métodos anticonceptivos adecuados para las adolescentes

Finalmente, está claro que en muchos casos los métodos anticonceptivos tienen un costo económico que los pone lejos del alcance de adolescentes de bajos recursos.

Por esta razón la OMS promueve el uso de dispositivos intrauterinos (DIU) o los implantes anticonceptivos de larga duración (LARC) como método de prevención del embarazo adolescente.

El LARC es seguro y no requiere tomar pastillas diariamente ni antes del acto sexual. Por su parte, el DIU puede evitar embarazos hasta por 10 años después de su implantación en el útero.

La efectividad de ambos métodos es prácticamente total en combinación con el uso de preservativos, los cuales ayudan también a proteger contra enfermedades de transmisión sexual (ETS)